Mirar fuera y mirar dentro

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Mirar fuera y mirar dentro…
¡Con Reflexoterapia es posible!

Me costó muchos años, y demasiado sufrimiento, darme cuenta de que el estrés estaba arruinando mi vida. Al principio yo era incapaz de asociar una buena parte de mis dolencias físicas con el estrés y la ansiedad, aunque éstas no me abandonaran ni cuando creía sentirme tranquila. Hubo un momento en el que toqué fondo y me embargaba constantemente un sentimiento de preocupación, de no llegar a todo, de anticipación negativa que sentía en mi cuerpo oprimiéndome el pecho y que no me dejaba respirar.

En ese momento de dificultad extrema, tomé la decisión de no dejarme ganar la batalla. Tenía que volver a tomar las riendas de mi vida, retomar todos los quehaceres y obligaciones, y afrontarlos desde otro lugar, un lugar en el que ellos ya no me controlaran a mí. ¿Y cómo lo conseguiste? me preguntarás. Pues no te voy a engañar, fue un proceso largo en el que una de las cosas que más me ayudó fue descubrir la Reflexoterapia. Al principio me tomé como una obligación sacar tiempo para mí misma y dejarme cuidar durante una hora una vez a la semana. Este cambio fue fundamental. Al tumbarme en la camilla de la consulta, sentía que llegaba a un lugar donde reinaba la calma y la energía sanadora, donde la única protagonista era yo. La terapeuta que me atendía era para mí como mi cuidadora particular, y me hacía sentirme como una niña querida y cuidada por su madre. Esos recuerdos de calma y bienestar aún perviven en mí, tan vívidamente, que cuando trato a mis pacientes estresados muchas veces me encuentro replicando la terapia y la forma en la que me la aplicaron a mí cuando sufría los estragos del estrés. Lo hago con mimo, con cariño, sin juicio y sin exigencias, acompañando al paciente, mental, emocional, energética y espiritualmente mientras le aplico la Reflexoterapia Podal Integral. 

El estrés y la ansiedad que se adueñan de nuestros días

Casi todos nosotros somos capaces, en el día a día, de darnos cuenta de aquello que nos molesta del exterior. Ponemos nuestro foco de atención muy fácilmente, sin cuestionárnoslo, en las conductas de los demás que nos afectan negativamente y que nos estresan, nos enfadan, nos entristecen y nos molestan. Da igual que estén provocadas por nuestro jefe, madre, hijo, una compañera de trabajo o un amigo. Aunque no lo reconozcamos abiertamente, muchas veces nos centramos en esa energía negativa que surge de los conflictos interpersonales. Sin embargo, no nos resulta tan sencillo mirar dentro de nosotros y observar sinceramente lo que nos ocurre en el interior cuando se manifiestan esos conflictos. Si lo hiciéramos más a menudo, nos sería mucho más fácil entender las reacciones y problemas que surgen del interior y que se manifiestan en lo externo. 

El estrés y su relación con las emociones

Durante las veinticuatro horas del día hay multitud de asuntos y tareas pendientes que ocupan tus pensamientos. Si no pones atención consciente en dejar fluir los pensamientos los puedes convertir en un bucle y desde ese punto es muy sencillo que se transformen en preocupaciones que te provocarán diferentes sensaciones y emociones negativas.

Hay pensamientos y sentimientos que te revuelven las tripas o la bilis. Los notas y los sientes con claridad en tu sistema digestivo, pero no es tan fácil darte cuenta de la emoción o emociones que te provocan: miedo a vivir una experiencia determinada, rabia o impaciencia, aburrimiento o frustración, apegos o tristeza…

Sin embargo, el cuerpo acabará acusándolo, primero en forma de pequeñas molestias o malestares, y después sufriendo enfermedades declaradas a las que la medicina ortodoxa pone nombre y apellidos. Para los que vemos la enfermedad desde la Ley de los 5 Elementos la interpretación es completamente diferente: la enfermedad tiene que ver y afecta a todos los parámetros: físico, emocional, psicológico y energético, y no solamente al fisiológico.

Si una relación revuelve las tripas puede provocar muchos gases o diarrea ya que estas emociones afectan al intestino.

Si se padecen cálculos biliares cabe preguntarse qué «mala bilis» se está enquistando y a qué o a quién habría que hacer frente para poder sacar la rabia adecuadamente.

Si los problemas son de estancamiento de la creatividad o de aburrimiento, la sangre poco a poco se irá estancando.

Y así, con un sinfín de patologías o de desajustes psicológicos o emocionales que nos conducirán hacia estas u otras dolencias.

Desde la Ley de los Cinco Elementos podemos asociar cada emoción con un elemento, unos órganos, unos tejidos corporales, unas dificultades, etc. Por ejemplo, la rabia se relaciona con el hígado y la vesícula biliar, con los ojos, los tendones, la intolerancia y la impaciencia. La tristeza se relaciona con los pulmones, con la piel, los apegos y el miedo a perder.

Y aunque nos demos cuenta de que todo esto nos está pasando, pocas veces nos ocupamos de hacer algo para lograr estar concentrados y relajados, para que todos los estímulos del exterior no nos ganen la batalla consiguiendo estresarnos y bloquearnos, como normalmente hacen.

Aquí tienes algunas recomendaciones para el día a día que puedes seguir para estar más relajado y concentrado:

Primero debes identificar cuando te están invadiendo sensaciones de estrés o ansiedad. A continuación párate y toma aire con lentitud, mantenlo un par de segundos dentro de ti y suéltalo con una exhalación larga. En ese momento aquieta los pensamientos, déjalos llegar y déjalos marcharse sin analizarlos ni juzgarlos. Este sencillo ejercicio puedes ponerlo en práctica en cualquier lugar. Da igual donde te encuentres, puedes hacerlo tanto en el trabajo como en el transporte público o en tu propio hogar.

Al principio puede resultarte complicado identificar el estrés y tomarte el tiempo necesario para hacerte consciente de él, de lo que estás sintiendo, y practicar el ejercicio que te propongo, pero con la práctica lo integrarás en tu día a día y no te costará nada realizarlo.

Para tratar el estrés y la ansiedad crónicos o recurrentes necesitarás acciones algo más profundas. Una buena idea es que encuentres una terapia en la que te sientas cuidado y escuchado, y con ella la curación se dará desde el momento mismo en el que empieces a dedicarle un tiempo semanal a que te cuiden.

La reflexología puede ayudarte

Según mi experiencia, tanto personal como de terapeuta, esa ayuda, puede ser «algo» externo que viene a despertar lo interno. Estoy convencida de que un tratamiento de Reflexoterapia Podal Integral te ayudara a conectar con tu ser interior, ese que tanto necesita ser cuidado, para sentir una profunda y completa relajación.

  • La reflexoterapia funciona como un tratamiento integral que repercute en todo el cuerpo, ya que al tratar las zonas reflejas de los pies estamos tratando todo el organismo reflejado en ellos.
  • Esta terapia proporciona relajación desde el mismo momento en el que el reflexoterapeuta coloca sus manos en tus pies. No importa lo que yo te diga en este artículo, esto es algo que solamente experimentándolo se puede apreciar.
  • Multitud de estudios científicos han demostrado que la reflexología incide en la actividad cerebral EEG de forma muy positiva y que disminuye el estrés.
  • Si te pones en manos de un profesional cualificado y competente, en el transcurso de la sesión puedes abandonarte, dejarte cuidar y practicar el ejercicio de aquietar la mente en un ambiente inmejorable.
  • Las sesiones de Reflexoterapia Podal Integral también sirven para desbloquear la energía de los meridianos de acupuntura que recorren el cuerpo, por lo que todas las tensiones acumuladas que pudieras tener se distienden y el Chi vuelve a fluir sin bloqueos liberando los aspectos mentales y emocionales.
  • Al terminar la sesión de reflexoterapia te sentirás más liviano, con fuerzas renovadas para afrontar el día y en un estado de gran relajación y tranquilidad.

Al igual que la meditación, la reflexología te ayudará a que te olvides del bullicioso y exigente mundo exterior. Más allá de lo que pasa fuera, se trabaja con lo que pasa dentro de uno mismo. A muchas personas les gustaría meditar y lo intentan, pero al poner esfuerzo en no pensar solo consiguen pensar cada vez más en todo lo que no están haciendo porque están intentando meditar. Esto puede ser contraproducente y estresar aún más. Una sesión de Reflexoterapia puede ser una buena puerta de entrada a la meditación para muchas personas, un ambiente propicio de relajación y encuentro con uno mismo. Un espacio para dejarse fluir.

Esto es así, en primer lugar, porque estarás dedicándote un espacio de tiempo a ti mismo con una de las terapias con mayor capacidad de relajación que existen, en segundo lugar porque los tratamientos de Reflexoterapia activan las endorfinas y las ondas cerebrales conectadas con los neurotransmisores del placer y el bienestar, y en tercer lugar porque activa la capacidad de autocuración que todos los seres humanos poseemos.

El ruido mental

¿Qué es el ruido mental? Es el ruido que generamos en nuestro interior con los pensamientos destructivos, las preocupaciones, la ansiedad y todo aquello que nos estresa del exterior y que trasladamos sin darnos cuenta a nuestro interior. Cuando nos dejamos atrapar por el ruido mental nos dedicamos a proyectarnos en el futuro anticipando escenarios negativos, además de rememorar constantemente el pasado con nostalgia lo cual no nos permite centrarnos en el ahora y disfrutar del presente. Todos estos pensamientos y proyecciones son creaciones de la mente para no vivir el presente con consciencia y tranquilidad.

Hay diversas teorías que atribuyen a las distorsiones del pensamiento generadas por el ruido mental el verdadero motivo del estrés que sufrimos, tanto individuos como sociedad.

Ese ruido mental, o ruido interior, que tanta energía vital nos consume es el que la Reflexoterapia ayuda a eliminar y, de esa forma, disminuyendo el ruido interior también va a disminuir el ruido exterior y serás capaz de concentrarte, relajarte y dejar de proyectarte en la anticipación negativa o la pena del pasado, logrando abstraerte de aquello que te genera estrés con mucha más facilidad.

La reflexoterapia para la desconexión y la reconexión

La Reflexoterapia es un tratamiento muy especial que puedes tomarte como un homenaje, un regalo que te haces a ti mismo para desconectarte del exterior y reconectarte contigo mismo en profundidad.

Gracias a esta terapia podrás acercarte al niño interior que habita en ti, mimando al adulto cansado, olvidado de sí mismo, estresado por el trabajo y los ruidos externos e internos, cansado de moverse y de no encontrar el espacio y el tiempo para cuidarse. Reencontrarte con este niño en las sesiones de Reflexoterapia es un regalo impagable.

Profundizando en los motivos de mi estrés: los beneficios de la Psico-Neuro-Reflexología

Si quieres un plus especial, puedes probar un tratamiento de Psico-Neuro-Reflexología, una terapia integrativa que te ayudará a manejar la tríada: cerebro-cuerpo-emoción.

En otro artículo te hablare de ella más en profundidad.

No dejes que el estrés tome los mandos de tu vida, plántale cara desde tu interior y déjate ayudar por la Reflexología para lograrlo. 

Isabel Pérez Broncano
Reflexóloga – Autora del libro Reflexología Integral
Directora de Ranvvai Escuela de Reflexologías y Centro de Terapias Naturales
www.ranvvai.com

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