La Ley del “Dharma”, o el propósito en la vida

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“Dharma” es un vocablo sánscrito que significa “propósito en la vida”. 

Y cada uno de nosotros tiene un propósito en la vida (o más de uno), un talento y unas capacidades concretas.

En la filosofía yóguica el dharma no se entiende únicamente como talentos, dones o capacidades, sino cómo deber, un deber que debemos cumplir con rectitud. En definitiva, tenemos el deber de entregar esos talentos y dones al servicio de los demás y cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás, experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu, y ese estado de dicha es la meta de la transformación para un yogui.

Ya que no somos seres humanos que tienen experiencias espirituales ocasionales, sino todo lo contrario, somos seres espirituales que tienen experiencias humanas ocasionales, debemos descubrir nuestro Dharma en conexión con el verdadero Yo espiritual, ya que somos en esencia seres espirituales que han adoptado una forma física para manifestarse.

El problema es que, en muchas ocasiones, al estar alejados de nuestra verdadera Esencia, de nuestra verdadera naturaleza, estamos separados de nuestro Dharma, del propósito de vida que traemos al nacer.


“Descubramos nuestra divinidad, encontremos nuestro talento único y sirvamos a la humanidad con él; de esa manera podremos generar toda la riqueza que deseamos. Cuando nuestras expresiones creativas concuerden con las necesidades del prójimo, la riqueza pasará espontáneamente de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino del espíritu al mundo de la forma. Comenzaremos a experimentar la vida como una expresión milagrosa de la divinidad, no ocasionalmente, sino a toda hora. Y conoceremos la alegría verdadera y el significado real del éxito, el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu.” – 
Deepak Chopra

¿Cómo sabremos si estamos cumpliendo con nuestro Dharma?

Cuando a través de la autoconciencia más elevada conectamos con nuestro propósito y descubrimos nuestro/s talento/s, en contacto con la parte más Esencial y pura de nuestra conciencia, abrimos la posibilidad de que todo aquello que es potencial pueda manifestarse.

Al cumplir nuestro Dharma aumentamos la capacidad de desarrollar nuestros talentos, generando abundancia, con el esfuerzo correcto, haciendo más fácil y feliz nuestra vida y la vida de los que nos rodean.

Ese talento o don te permite crear con facilidad, te impulsa, cuando estamos realizando ese trabajo parece que el esfuerzo es menor, el tiempo se aligera, nos encontramos bien, nos hace crecer y estamos contribuyendo con la Comunidad a la que pertenecemos. Sentimos una dulce paz interior más allá de lo que ocurra en el exterior. La relación con todo lo que nos rodea mejora y creamos abundancia.

Entonces… ¿por qué conformarse con menos?

Hay algo concreto que cada individuo puede hacer mejor que cualquier otro en todo el mundo y por cada talento único y por cada expresión única de dicho talento, también existen unas necesidades únicas. Cuando estas necesidades se unen con la expresión creativa de nuestro talento, se produce la chispa que crea la abundancia.

Existe un lugar para cada uno de nosotros, donde debemos realizar una tarea determinada, puede ser que nuestro dharma sea la vida de familia, trabajar en un banco, policía, bombero, cajero en un supermercado, repartidor de pizzas o profesor, da igual, nuestro deber es cumplir con dharma, sea la vida de familia y/o de nuestro trabajo, ese es el Dharma exterior, el que hemos venido a manifestar. Pero hay un propósito superior para todos nosotros: reconocer la Verdad en nuestro corazón, viviendo con rectitud, y cuando estamos en ese estado todo sufrimiento se disuelve.

Cuando trabajas, eres como una flauta a través de cuyo corazón el susurro de las horas se convierte en música… ¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer una tela con hilos sacados de tu corazón, como si tu amado fuese a vestirse con esa tela… – Khalil Gibran, en “El profeta”

Cuando decidimos ser profesores de Yoga este es el anhelo, trabajar con amor, convertir nuestro trabajo en melodía que arropa a los alumnos, servir desde el corazón a los que nos rodean. 

Comprender el valor de enseñar yoga como un servicio a los demás (Seva) y la idea del servicio desinteresado es un concepto que abarcan todas las religiones y filosofías, porque Dios existe a través de la relación con los demás y con nosotros mismos.

Como profesores de Yoga buscamos difundir nuestros conocimientos siempre desde el amor, con el compromiso constante de aprender y crecer, fluyendo en ese equilibrio de realizar nuestro trabajo y disfrutar con él, y que nuestro trabajo nos permita encontrarnos bien, que tenga sentido y nos haga crecer en todos los aspectos es nuestro deber, para así ser mejores profesores y permitirnos cuidar la forma de relacionarse a nivel humano con los alumnos, desde la compasión, el amor, el conocimiento y la actitud de acompañar.

“Concentrarse en preguntarse a sí mismo cómo puedes servir a la humanidad y cuáles son tus talentos únicos, es lo realmente importante. Porque cada uno tiene un talento único que nadie más tiene, y una manera especial de expresarlo, que tampoco tiene nadie más”. 

Chary Lozano
Escuela de Yoga Chary Lozano
www.charylozano.es
Tel. 676596955

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