Enseñanzas Medulares de Suresh, El Faquir

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El mundo es mi tierra; el cielo es mi techo y el suelo, mi cama. Soy libre como el viento. Tengo todo cuanto quiero, porque lo más hermoso del mundo es gratis.

La vida de la mayoría de los seres humanos es un infierno. El infierno comienza en la mente; es un estado de consciencia. Y unas personas arrojan su infierno personal contra las otras.

La vida es un alambre que tiene una extensión de sesenta o setenta años, o los que fuere.  Hay que ser un diestro funámbulo en el alambre de la vida.  Éste nos ofrece una ficticia sensación de seguridad y llegamos a creer que no tiene fin. Cuando el alambre termina, la vida acaba. Entonces nos precipitamos en el Gran Vacío.

La vida es imprevisible. Está llena de accidentes que hay que saber afrontar. El alambre de la vida es el que nos permite desarrollar la acción diestra. La acción diestra va reorganizando la mente, del mismo modo que la mente armoniosa desencadena acciones lúcidas.  La vida es un alambre, sí. Si eres aprensivo, te caes; si te muestras demasiado desprevenido y osado, también.  Si distraes la atención, todo está perdido. Si el miedo te gana y te paraliza, la vida pierde su brillo y el ánimo se marchita. De la misma manera que un buen funámbulo camina sobre el alambre y trata a cada momento de conservar el equilibrio, así hay que pasar por la vida. Es más fácil caminar por el alambre de acero que andar por el invisible alambre de la vida.

La vida consiste en tomar y soltar, coger y aflojar. Tenemos que aprender a estrenar cada instante. Ni siquiera a la senda del medio hay que aferrarse, ¡cuánto menos a los extremos! Llegará un día en que tendremos que soltar incluso el cuerpo.

Ejecuto la acción diestramente, libre de todo pensamiento que interfiera, sin ligarme a nada, sin pasado y sin futuro. Confío en el alambre, que en ese momento que lo estoy pasando es la vida. En cualquier instante puede romperse, lo sé. o moverse, también lo sé, pero si eso ocurre, ya procederé en la urgencia de la situación.  Me limito a actuar sin reacción, pero la mayoría de la gente se pasa la vida reaccionando y eso resulta feo y estéril. Exigen seguridad excesiva; no saben aceptar la inseguridad y temen el desafío de la vida.  Así se anquilosan, se petrifican, y si el alambre que es la vida se mueve en ese momento, se precipitan irremisiblemente en el abismo, porque estaban establecidos en una precaria y falsa seguridad.

Es mejor morir que llevar una vida sin equilibrio. Sin equilibrio no puede haber ni claridad mental ni comportamiento benevolente. Sin equilibrio nos precipitamos en el abismo de la codicia y el odio.

La locura está en la mente de cada uno. Ocúpate de la tuya y libérala de malevolencia, codicia y odio. Es la mejor contribución a ti mismo y a la humanidad. El ser humano ha perdido el equilibrio y su vida es farragosa y estéril. El ser humano es un desequilibrado. Y no solo eso, sino que además se empeña en dañar y desequilibrar la naturaleza. Los hombres están tan embebidos en sus afanes que han perdido cualquier conexión con la fuerza vital suprema que todo lo anima y se han desprendido de la mano invisible. Porque nos hemos atado a lo más superfluo, delegándonos del Ser. El trabajo del buscador consiste en desligarse de lo superfluo para atarse con el Ser. Es desasirse para ser.

Podeis visionar gratuitamente en YOU TUBE el documental «El Faquir».

Esta obra ha alcanzado 16 ediciones y está también editada en inglés y portugués. En la obra aparece una cita preliminar:

√ «Funámbulo: el que pasa por la cuerda o por el alambre.
√ «Equilibrista: el que trata de mantener el equilibrio para no precipitarse.
√ «Faquir: El que se somete a la proeza de superar el dolor.
√ «Más acertad o desacertadamente, todos somos funámbulos, equilibristas y faquires en este asombroso fenómeno llamado VIDA».

Ramiro Calle
www.ramirocalle.com

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