5 razones para viajar a los países del Himalaya haciendo yoga y meditación

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A la cordillera del Himalaya asisten más de 30 mil personas al año para transformar sus vidas

Seguramente ya estés pensando en las vacaciones de este año o en tu próximo momento de relax para parar y desconectar. Dejar a un lado las obligaciones para hacer lo que más te gusta, ocuparte de ti para cuidarte y seguir conociéndote o dar el cambio que tanto ansías, puede que sean algunas de las cosas que tienes en mente para estar en calma. 

Unir la pasión por viajar con la de cuidarte y superarte 

Cada vez más personas se sumergen en un ‘viaje de bienestar’ para fomentar el espíritu aventurero y cultivar la salud física, mental y emocional. De esta forma, no sólo se desconecta de la rutina diaria. 

Se produce una sensación de bienestar mucho más profunda y perdurable así como una transformación interna que permite desarrollarte y superarte en todos los niveles.

Este tipo de viajes se realizan en países con entornos energéticamente muy potentes dónde se visitan lugares de una gran naturaleza y espiritualidad, propicios para el silencio, la calma y el bienestar, que permiten la transformación de una forma fluida y natural.

Para potenciar este estado de paz y quietud, es habitual practicar yoga en cordilleras dónde se sitúan las montañas más altas del mundo, meditar en monasterios y templos budistas e hinduistas, asistir a sus rituales o ceremonias, o recibir tratamientos o masajes de Ayurveda. 

¿Qué te puedes llevar en un viaje de bienestar y transformación? 

1. Conocerte y descubrir nuevas formas de relacionarte contigo mismo

Viajar es una de las mejores formas de autoconocimiento. Descubrir tu verdadera esencia es más fácil lejos de tu entorno habitual y saliendo de tu zona de confort. Conocerte es la primera vía para estar bien contigo mismo y en equilibrio con el resto de personas y el mundo. 

Si viajas solo/a te permites ser la persona que realmente quieres ser y aprendes a escucharte y a complacerte a ti mismo/a en primer lugar. Cuando compartes viaje descubres cómo te relacionas con los demás y compartes experiencias de vida

2. Desarrollar la calma interior y la energía vital

El estrés supone un desgaste de energía, un constante parloteo mental que impide estar en paz y molestias físicas que no dejan que el cuerpo esté en quietud. Cuando practicamos yoga y meditamos en entornos naturales cargados de energía y espiritualidad, cuna de estas y otras corrientes contemplativas, dejamos el cuerpo en un estado idóneo para calmar la mente y las emociones y aumentar la energía vital.

3. Conectar con lo importante 

Conocer partes del mundo con otras culturas distintas a la nuestra, viviendo sus tradiciones y fiestas te enriquece y abre la mente hacia otras formas de pensar y actuar, perdiendo el miedo a lo desconocido y abriéndote a la curiosidad por lo nuevo. Te enseña otra escala de valores alejadas del materialismo, te ayuda a empatizar, a soltar prejuicios y a replantearte el estilo de vida que estás llevando.

Te conecta con lo cotidiano y los pequeños placeres, aportándote calma y tranquilidad: contemplar una puesta de sol, la risa de un niño, andar sobre tierra mojada, sentir la energía de la naturaleza.

4. Desarrollar la alegría interior y gestionar emociones

Con la práctica del yoga y la meditación en el país dónde nació Buda, puedes desarrollar uno de los principios del budismo, y que más tarde acogió Mindfulness: el amor incondicional que no juzga y respeta a todos por igual, desprendiéndote de aversiones y llenándote de la alegría interior que no depende del exterior.

Viajando puedes desprenderte de emociones como el miedo al hacer cosas que quizás pensaste que no eras capaz de hacer como el trekking o estar en la selva viendo animales salvajes. 

Además, puedes afrontar los problemas desde otra perspectiva al alejarte de ellos y reflexionar desde la distancia, dándoles la importancia justa. 

5. Hacer el cambio que tanto tiempo llevas buscando.

Cuando estamos inmersos en nuestro día a día, en muchas ocasiones, nos dejamos llevar por las acciones cotidianas y no nos paramos siquiera a plantearnos si la vida que llevamos nos satisface. Otras veces, sabemos que nuestra vida no nos llena pero tenemos miedo a cambiarla por la incertidumbre y nos apegamos al estado de confort que supone la ‘seguridad’ de lo que ya tenemos, aunque eso suponga no ser felices… 

Cuando sales de tu espacio, y te abres a conocer otros mundos y vivir otras experiencias, tu zona de confort pasa a una zona de aprendizaje en la que tu mente se abre a nuevas oportunidades y permite conectar con lo que realmente quieres para, en un segundo paso, ir a por ello superando miedos y focalizándote en el cambio que quieres. 

Consulta los próximos viajes o haz tu reserva en:
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Jenifer Humanes.
Founder – Mindfulness MBSR & Yoga Instructor – Life Coach ICF & Aecop

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